miércoles, 9 de septiembre de 2009

La pintura del éxtasis pinturero

Hoy finalmente terminé la pintura del Schummy, y pese a lo que pueda pensar y tratar de ver objetivamente, o lo que pueda decirme la gente que la ve, sé que otra vez la pintura me ganó la partida. Me explicaré...
Desde hace mucho tiempo que tengo la impresión que las cosas típicas de los pintores como la inspiración, esas sensaciones tan especiales que suelen contar, el transmitir un mensaje, etc, pertenecían a una especie de mística de la pintura un poco inventada o exagerada por los que pintan y exponen en galerías, van por la calle con sombrero o se comportan de manera excéntrica, porque lógicamente ellos son artistas !!
Siempre pensé que yo nada tenía que ver con todo éste invento, ya que yo pinto coches y no necesito rodearme de todo este halo de "cosa especial".
En realidad cuando trato de pintar un F1 corriendo yo también estoy tratando de transmitir un mensaje al que lo mira, aunque sólo sea la sensación de que rápido corren estas bestias. Ese es el mensaje y lo que quiero que la gente perciba cuando mira una pintura mía.
Ayer tuve la oportunidad de estar toda la tarde en el Circuit de Catalunya viendo los ensayos de F1, donde estaban todos los equipos con dos coches y todos sus pilotos titulares. Me pegué un empacho de F1 y disfruté como un loco tratando de sacarles fotos por simple diversión, y dicho sea de paso, mis fotos van mejorando desde mis primeros y frustrantes intentos. Pues ayer estuve mucho rato simplemente mirando y sintiendo a medida que los bichos éstos pasaban delante de mí, y tuve sensaciones muy similares a las del otro día pintando el Ferrari, y esta vez en lugar de música había el sonido increíble de los F1, pero también lo sentía en el estómago y me llevaba a ese estado de... "Que de puta madre es todo", esa sensación de plenitud y que en ese momento no puede haber nada mejor en el mundo que éso que estoy haciendo o éso que estoy viendo delante de mí. En ambos casos se suma la certeza de ser el tipo mas afortunado del mundo por poder estar haciendo o viendo éso. Nuevamente, que de puta madre es todo!!
Hoy Viernes le dí los últimos toques a la pintura del Schummy, y sinceramente me gusta y estoy contento con el resultado, pero acá viene la paja mental que supongo tienen todos los pintores. Cuando estas varios días trabajando sobre lo que era originalmente un pedazo de lienzo blanco, y poco a poco lo vas transformando en el cuadro del Schummy, se establece una especie de diálogo entre la pintura y el que la pinta. La muy puta me va dando señales de si la cosa va bien, va mal o algún color no termina de funcionar. La pintura parece ser una cosa viva que va creciendo y tomando muchas veces el camino que ella quiere, y uno no puede hacer mas que seguir sus "órdenes", y rara vez se tiene el control total de la evolución de una pintura.
Tal vez ésto sea uno de los ganchos mas fuertes que tiene la pintura, con cada cuadro meterse en algo que nadie sabe por donde irá, algo incontrolado que dependerá de miles de cosas y que tiene infinitos caminos por donde ir. Nunca habrá dos cuadros iguales y nunca un pintor puede imaginar primero su pintura terminada y luego hacerla, siempre existe esa incertidumbre sobre el final y solo algunas veces uno puede hacerse antes con una difusa imagen mental de lo que tratará de pintar. En el caso de esta pintura tenía una leve idea o imagen mental de lo que yo quería conseguir, pero una vez terminada, la muy puta se burla de mí diciendo, ¿Este es tu límite, no eres capaz de algo mas?
Es como si te dijera al oído que todavía tienes muchas cosas a tocar y mejorar, que todavía estas a tiempo de lograr una pintura realmente impresionante, algo que ni tu mismo te podrás creer, pero la muy guarra no me dice por donde tengo que ir para lograr éso, donde está el secreto para mejorarla. Se calla la boca, y te deja un poco frustrado y confundido.
Despues de hacerle todo aquello que te parece que le vendría bien o que te gusta, despues de ponerte música para autoestimularte hasta los extremos que ya conté el otro día, llega el triste momento de reconocer que no sé que mas hacerle, llegué a mi límite en ese momento. Es ahí cuando te parece escuchar que aquel pedazo de lienzo se está riendo y burlando de mi torpeza, de mi falta de imaginación y atrevimiento.
La pintura me ha vuelto a ganar, y una vez mas no fui capaz de sacarle todo lo que tiene y esta sensación es una constante en mi trabajo, pero por otro lado es el gran motor para hacer que sigas pintando, quiero la revancha en la próxima pintura que haga !!
Y así vamos, de revancha en revancha vas haciendo montones de pinturas tratando de buscar éso que no tengo ni idea donde está, o aún peor, no sé ni siquiera si existe. Por suerte esto pasa y te empuja a tratar de conseguir mas, de llegar mas lejos cada vez que te pones delante de un lienzo, y persiguiendo esta "zanahoria" poco a poco vas mejorando.
De todas manera estoy contentísimo de que sea así, ya que la pintura es una cosa que no tiene final, ya que no existe la pintura perfecta, es como estar persiguiendo un imposible, una utopía que existe en tu cabeza, pero que tiene la gran ventaja que hace que no puedas parar de pintar, de intentarlo cada vez. Supongo que por éso me tiene tan enganchado, aunque a fin de cuentas estar enganchado a algo que te empuja a mejorar cada día no está mada mal...
A pesar de sufrir una nueva derrota con el Ferrari del Schummy, estoy conforme con el resultado y acepto, pese a las risas del lienzo, que hoy por hoy éste es mi límite y no sé mas. Tambien hay que saber conformarse con lo que uno es o puede hacer. Lo que vale en definitiva es haberlo intentado con todas tus fuerzas. Y yo lo intenté sinceramente...
Volviendo al tema de los pintores y sus "fantasmadas" de artistas, espero que la pintura transmita la sensación de velocidad , de fuerza incontrolada que hasta impresiona, que tuve ayer mismo en el circuito, habré transmitido el mensaje...
Con respecto a la inspiración, no sé si ésos estados de ánimo que se alcanzan a veces cuando se está pintando serán la inspiración de la que tanto se habla, pero sí reconozco que la actitud frente al cuadro no siempre es la misma, y que hay momentos como el otro día en los que uno se siente especialmente "potenciado" por algo que no se bien que es.
Tal vez éso sea la inspiración, no lo sé, lo que si sé es que de momento sigo sin ser un excéntrico forzado, sigo sin boina, ni pipa, ni sombrero de artista, y sólo soy un tipo que disfruta de lo que hace.
JUAN CARLOS FERRIGNO


La pintura mide 93 x 71 cm, y se vendió en la exposición de Londres en 2006

No hay comentarios:

Publicar un comentario